Piel Normal
La piel normal es aquella que es fina, flexible y muy suave. Este tipo de piel se caracteriza por tener un ligera grasa en la superficie, los poros son muy pequeños y están cerrados (este hecho ayuda a que no salgan espinillas e impurezas) y hay un buen equilibrio entre componentes acuosos y lipídicos. Por último la piel normal no cuenta con un brillo aceitoso.

Piel Grasa
La piel grasa se caracteriza por tener los poros grandes hecho que provoca que la piel brille y sea gruesa. Es una piel que transpira bastante a causa del exceso de glándulas sebáceas. El aspecto es pálido y amarillento a causa de la poca circulación sanguínea. Sin embargo cuesta más que se arrugue porqué resiste mejor que las otras pieles a los agentes externos.

Piel Seca
La superficie de la piel no tiene grasa, sus poros son muy pequeños y suelen irritarse. Es más propensa a agrietarse y tiene un tacto áspero. Normalmente son pieles que se enrojecen en esas partes más sensibles y que crean arrugas. Además dan una sensación de tirantez.

Piel Mixta
En la cara encontramos zonas que son de piel seca como las mejillas y el contorno de los ojos en cambio el resto de la cara, frente, nariz y mentón son de piel más grasa que el resto. Estos tipos de piel normalmente tienen puntos negros.

Piel Sensible
La piel sensible es aquella que tiene alergias. Da lo mismo si son pieles grasas o secas el hecho es que tiende a las irritaciones y a las alergias. Por ello es importante tener un cuidado diario y hablar con el dermatólogo para ver qué tipo de productos puede aplicarse y que tratamiento se debe seguir.